No os emocionéis, queridos. Este ritmo de blogging no puede seguir así, pero es que hoy me han pasado muchas cosas... Aún sin dormir desde medianoche, teniendo a estas horas lo que viene siendo más que jetlag, atocinamiento total. Estas horas son las 20:55. Estoy haciendo un record.
Hacer también he hecho fotos, pero tengo la cámara fuera de mi alcance (tendría que ponerme de pie, me niego), así que las enseñaré otro día, así en masa. Hoy, más textito para vuestros ávidos cerebros.
Estaba yo sentada en las escaleritas del museo del ferrocarril, y zasca, una rubia joven me pide un cigarro. Me siento generosa y además hacemos conversación, yo ahí chapurreando el alemán de forma increíble y en condiciones de extremo atontamiento (a ver si se me va de una vez), lo cual me da que pensar. Quiero decir, si estuviera al 100% de mis capacidades podría hablar hasta chino (sí, esperad, que la china sigue dando juego, pero eso lo cuento más tarde).
He estado en el centro, en Go Study Australia para recoger papelitos y recibir útiles pistas para mis movimientos y luego he quedado con Jeanette, que me ha llevado a Darling Harbour (fotos mañana), un sitio lleno de agua y centros comerciales para turistas de esos de mucho de gastal y gastal y a tope de chequeras y dinero plástico. Me haven't bought a single thing, que soy muy bien mandada y no gasto en balde, más que lo justo. Había un barco de guerra de no sé qué museo. Mañana, hijos mañana, hoy sólo texto.
De flipar el número de chinos que hay aquí, indios también, y gente gorda. No tan exagerado esto último como en las Colonias de las Indias, pero vamos, que se ven orondos señores y señoras por ahí.
Ah, os acordáis del tal Andy, padre de los hijos de la china (la queda mucho juego), que yo decía que era ovalado y blanco? Pues no. También es chinorris, no sabéis cuánto se parece a Buda.
Llevo dos días aquí, y sí, en los bares y en los cafés sí tienen servilletas, pero en la casa desayunan, comen y cenan sin rastro de ellas, lo cual es un poco agobiante. Agobiante... el precio de los transportes. Un bono de 10 viajes, 34 dólares del ALA! Y sólo sirve paras bus, no sirve para monorail (es chulísimo) ni para tren ligero. Ese cuesta 46 chuscos. CAsi ná. Voy a tener que dejar de comer para teletransportarme.
La china (que da juego que se mata), por lo visto tendría que haber dejado esta casa con todos sus útiles domésticos y sus dos criaturas hará tres semanas. Jeanette está un poco reventada con esto. Yo sólo espero que todas las cajas y bultos que hay en el piso de abajo y que han formado un muro que llega hasta el techo, sean de la china y que se lo lleve tó. Aquí son como los ingleses y los yankees. Empiezan a llenar la casa de cosas, abres un armario y se te cae todo encima. Ah, y luego alguien de aquí que aún no he identificado, tiene afición nada menos que a los indios!!! Los indios americanos, cuidao, nada de hindúes. En el cuarto de estar está lleno de motivos indios, fotos, grabados, atrapa sueños y yo decía "pero qué coño con los indios...".
Esto es lo que os cuento, como puedo, a trompicones, sin ser muy consciente de lo que digo porque la pelea entre el jetlag y yo se está librando muy duramente.
Todavía no he visto enanos, pero ah! comparto afición por Game of Thrones con el brasileño, que se está leyendo los libros y a quien también le encanta el enano Lannister (es que es el mejor de la serie!).
Os dejo, os dejo, que puedo pasarme un rato más monologando de forma incoherente y os va a sentar mal.
Hasta mañana!!