Monday, April 2, 2012

Más busqueda de habitación y domingo en la playita!

El viernes había quedado en ver una habitación y el sábado otras tres...

Allí me encamino, muy cerca de Central Station lo cual significa bien, porque está al ladito del centro, y resulta que la persona con la que había quedado ni siquiera estaba. Había una chica que le fue llamando por toda la casa por si acaso, y que me dijo que la habitación a enseñar la tenía él cerrada con llave, así que no la pude ver, pero para el caso, me dio un poco igual, porque a lo largo y ancho de mi visita por la casa sí que pude ver otros indicativos de que ni de coña iba a vivir yo allí. Tenían un patio bastante sucio, con una macropantalla plana (eso sí, la pantallita que no falte, aunque sea enterrada en la basura), una mesa llena de telarañas y dos sofas llenos de polvo y agujeros, terrible.

La cocina estaba como para no mirarla, llena de platos sucios. La habitación de uno de los integrantes de aquella casa, que pude ver de soslayo, llena de ropa tirada por los suelos.... en fin, que no me hacía falta ninguna ver la habitación además.

El sábado me levanté con muy buen ánimo para ver las tres habitaciones que tenía en la agenda. Me encaminé a Redfern, que está al sur de Central Station, no demasiado lejos. Allí, en lugar de una casa me encontré una tienda de muebles con un señor muy amable que me dijo que para entrar a la casa donde alquilaban habitación, había que ir por la verja de atrás.

ESTO... señoras y señores, era la verja de atrás...


Y no, la casa no estaba en el edificio que se ve atrás, que tiene buena pinta. Estaba al traspasar esa "verja", que fue lo que yo hice muy avispadamente metiendo la mano por ese agujero que veis y corriendo el cerrojo de alta seguridad que tenía la puertita...

Entré, y vi un tendedero lleno de óxido y telarañas, y esta práctica nevera de la foto en medio de un patio totalmente desesperanzador. Todavía tuve ánimos de llamar a la puerta con los nudillos y esperar un rato, a ver si por casualidad lo de dentro mejoraba lo de fuera... pero nadie me abrió.

Mi siguiente visita era a Paddington, un barrio bastante bueno que estaba a una distancia considerable de donde yo me encontraba. Así que me cogí un par de autobuses y allí llegué. Era otro mundo. Una casa con parquet! Es la primera que veo desde que llegué aquí. Me abrió la puerta un italiano que es el novio de la coreana que alquilaba la habitación. Estaba allí tan plácidamente en un salón bastante ordenado y con un amigo, me enseñó mi habitación, bastante grande y limpia. Tenían libros!!! También es la primera vez que entro en una casa donde hay libros, jajaja. También me enseñó la cocina, muy limpita, y el baño, que idem. Y luego tenían una lavadora de ahora, y es que además me invitó a un café, y tuve ahí una conversación la mar de agradable con él y con el amigo que, este sí, era australiano.

Esto que veis abajo es una foto del edificio de apartamentos donde está éste. Son cuatro apartamentos y dos pisos, ellos viven en el segundo piso y delante tienen el Moore Park y el Centennial Park, que son enormes.


Por la tarde tenía que ver un tercer sitio por el mismo precio que éste pero sin cocina ni lavadora, y bastante más lejos. Vale, estaba en Rose Bay, que es un lugar estupendo, pero esa era la única ventaja. Así que al final no fui.

Llamé a mis amigos y nos vimos paseando un rato en Hyde Park, que está en el centro centro. Ellos fueron los primeros que me dijeron que no dudara en cogerme este piso,  y luego muchos de vosotros votásteis por él también. Por otro lado, estos mismos amigos se mudan también a Paddington hoy mismo, a una calle de donde yo estoy, que eso también es importante.

El domingo para celebrarlo, nos fuimos a Manly, a la playita! Esta vez sí, con todos los enseres necesarios. Las cremas, la toalla, el bikini... Y me gustaría enseñaros fotos, porque me llevé la cámara con buen ánimo de reportaje fotográfico. Pero una vez encremada y situada, me tiré en la toalla y sólo me moví para darme bañitos en la orilla. Estaba prohibido bañarse por las olas y la resaca. Incluso en la orilla el mar tiraba una cosa tremenda. Lo que no entendimos es por qué a los surfers si que les dejaban bañarse. Allí estaban ellos, pegándose unas tortas tremendas y sumergiéndose cada dos por tres en las enormes olas de aquella mañana de domingo.

En esta ciudad siempre tienes que llevar un paragüitas a mano, porque nunca sabes lo que puede pasar con el tiempo. Pasamos una mañana con un sol espléndido y ni una sola nube, y de repente hacia las 4 se empezó a nublar y a medio llover. Así que recogimos las cositas y nos fuimos al Ferry de vuelta a casa, donde cuando llegamos, ya llovía de forma importante.

Hoy lunes me lo he tomado de vacaciones, además del domingo, después de toda una semana intensa buscando habitación. Iré a clase por la tarde y mañana sí, empezaré a preparar CVs y a mirar ofertas como una cosa loca.